I only feel beautiful when I'm hungry

Si me escuchan llorar, no se alarmen, estoy feliz.
Si me ven ojerosa, no se asusten, estoy luchando.
Si me ven más delgada, no se alejen, estoy camino a la perfección.
Si me ven correr al baño, no me detengan, me estoy limpiando.
Si me desmayo, no me levanten, con la anorexia estoy soñando.

sábado, 8 de octubre de 2011

Dear Susana

Susana:

Mamá, mamita, mami, eso es lo que siempre serás para mí, una madre, pero también eres mi amiga, compartimos muchas cosas juntas, buenas y malas… pero ahora sólo puedo recordar las malas.

Es difícil pensar en los momentos que reíamos siendo que al minuto después tu ya estabas llorando y culpándome de las desgracias de tu vida. Siempre esperé que podamos ser las mejores amigas porque no lo fui con la gente de mi edad, siempre me decías que tuviera amigas, que las invitara a la casa y en cierta forma me encantaba hacerlo en esos días tu no me alzabas la mano… o al menos fue al principio porque logro recordar veces que lo hacías con mis “amigas” presentes.

Siempre fuiste mi modelo a seguir, pero dejaste de serlo luego de un tiempo.

No es que diga que seas mala pero estoy casi segura de que una “buena madre” no perseguiría a su hija con un cuchillo, que no se trataría de encaramar en mi ventana con una navaja en mano gritándome que si ella se llegara a caer todo sería mi culpa.

No sé que me ha dolido más en estos años, si las palabras que me gritabas, si los puños que me golpeaban o las acciones en las que me metías. Pero todo eso es algo que ya quisiera olvidar, aun que nunca lo podré hacer. Ya me lo dijiste, todas tus desgracias son mi culpa y lamento muchísimo el haber nacido, quizás si no lo hubiera hecho tú podrías tener una vida feliz, en verdad lo siento.

Y he de admitir que muchas veces que sentía el metal rasgar mi piel no podía evitar pensar en ti, en esos golpes, en esas ácidas palabras, pero cuando te enseñé mis heridas hiciste algo que yo creía tan predecible que me pareció forzado, besaste mis heridas, y una muestra de cariño por tu parte pues… es algo que siempre he querido pero cuando la recibí mi sentí incómoda, quizás porque nunca esperé eso de ti.

Y el día que había decidido acabar con mi vida hace 5 días, debo decir que no pensé en ti, pensé en llamar a alguien, si ese alguien me contestaba yo seguiría viviendo, y a pesar que repasé mi lista de contactos una y otra vez, ninguna me puse tan siquiera a considerar llamarte a ti… quizás porque no quería que fueras tú quien me rescatara, porque eres tú quien debe ser rescatada.

Estoy segura de que hay algo que no hicimos bien, algo en que ambas fallamos, porque no es el trabajo de uno solo destruir una relación, es trabajo de dos.

Lo siento mucho mamá…

Un atracón es cuando...

Una galleta no es un atracón.

Un trozo de pastel no es un atracón.

Una rebanada de pizza no es un atracón.

Un atracón es cuando sientes una enorme ansiedad y una necesidad imperiosa de comer, donde todo el mundo se reduce a uno mismo y la comida que se tiene en frente, donde todo va desapareciendo antes de que una se de cuenta y lo único que el cuerpo pide es más y más sin poder parar.

Un atracón es cuando uno parte por algo pequeño “una galleta no me hará daño” y entonces esa galleta se convierte en dos, luego en tres, cuatro, y de ahí se pierde la cuenta, luego le agregas cosas dulces y saladas, no para satisfacer un gusto o un antojo que llegó, sino por el simple hecho de comer, comer y comer, sin importar que sea lo que te estás metiendo en el cuerpo.

Un atracón es cuando sientes un vacío en alguna parte de tu cuerpo, cuando por un suceso por más pequeño que sea te hace sentir mal. “Mi mamá me regañó” un muffin… “Saqué una mala calificación” un pedazo de pastel… “Peleé con mi novio” un sándwich. Entonces uno busca una forma de sentirse con calidez y el único recuerdo que podemos evocar es la calidez y satisfacción que se siente al comer un poco.

Un atracón es cuando una piensa “Hace mucho que quiero probar esta bolsa de frituras” y así parte, primero una bolsa y luego dos, tres y cuatro, todo sin poder parar, porque ya es más que darse ese gusto de probar esas frituras, sino que ya una siente que no puede parar porque hay algo que no la deja, que por más que se repite en su mente “¡Para!” y por más que esa sensación de sentirse como una cerda nos dice que paremos es algo que no se puede controlar.

Un atracón es cuando ya no sólo se come porque a una le gusta, sino que cuando una lo necesita, como que si parara de comer moriría, como si fuera una máquina que mete y mete comida a la boca sin poder parar.

Y quizás no tenga razón, yo jamás en mi vida he tenido un atracón, no sé qué significa esa sensación sin poder parar, porque para mí un atracón es una galleta y sé que muchos de ustedes deben de estar pensando “Jódete con tu atracón de una galleta” y les doy la razón, quizás jamás sabré lo que se siente y ustedes saben lo que de verdad es vivir algo así.

jueves, 6 de octubre de 2011

The end of the show

En ese momento sólo éramos nosotras
Mis manos temblaban al momento de sujetarlas
Las elegí a ellas y no a otras
Porque han sido las que no me ha costado trabajo encontrarlas
Un arsenal guardado sólo para esta ocasión
Todo para estar lista cuando llegara el momento de tomar la gran decisión
Una por una las voy sacando del envoltorio
Una por una las voy poniendo sobre mi mano
Cada vez más cerca de mi velorio
Cada vez con ese sentimiento tan humano
Antes de que me dé cuenta las pastillas ya no están
Antes de que me dé cuenta las lágrimas de mis mejillas se van
Lo único que puedo pensar en esta noche tan bella
Es que nunca más veré las estrellas
Ya no podré sentarme a esperar
A que todos se vallan para poder estar sola escuchando el mar
Hay muchas cosas que me gustaría haber podido hacer
Pero ya no hay nada que temer
Aquí es cuando se acaba la función
Suelto una última lágrima… antes de que se cierre el telón


Chicas, este poema lo escribí mientras trato de recordar mi intento de suicidio de hace algunos días.
Traté de acabar con mi vida tomando casi 40 pastillas para dormir, pero no morí.
Hay muchas cosas que quiero hacer en mi vida, muchas cosas que quiero lograr y siempre quise tener una vida sana y feliz, acompañada de alguna amiga que me apoyara… y aun hay tiempo, si no morí en ese ocasión quizás aun hay algo que tengo que hacer en este mundo, quizás no es mi momento de partir.
Pero la gente es ingenua… muy ingenua.
Fui con un farmacéutico diciéndole que tenía un trabajo sobre los intentos de suicidio con pastillas, me dijo que aun que tomar 300 de esas pastillas no moriría. Pero me dijo con cuales y en que dosis si podría morir, ahora no lo puedo olvidar, pero le pongo todo mi empeño para que no se repita, para que no vuelva a caer tan bajo que querer morir cuando otros luchan por vivir.