La distancia nos separa.
Nos conocimos por casualidad, la principio hablábamos poco, nos concentrábamos en los clásicos “hola” y “¿Cómo estás?” nada más, pero luego comenzamos a hablar más seguido, nos empezamos a contar secretos, hablábamos de cosas que no cualquiera sabía, nos aconsejábamos y dábamos apoyo.
Todavía recuerdo cuando te lo conté… que yo me cortaba, que había vuelto a caer, tú me brindaste apoyo y me dijiste que todo tenía solución y que siempre estarías allí para mí.
Entonces fue cuando comencé a lamentar la distancia.
No es tanta, pero aun así lamento que no estés junto a mí, para que podamos abrazarnos y decirnos que todo está bien, que me sonrías y podamos hablar, subirnos a un columpio y mirar las estrellas.
Lo único que quiero es que estés a mi lado y no puedo esperar a poder saber que estaremos juntas, que todo va a estar bien.
Porque somos amigas, me importas muchísimo y en todo este tiempo que me has brindado tu apoyo quiero que sepas que yo también he estado y estaré para ti, nos separa una cordillera pero eso no evitará que yo tarde o temprano (mejor si es temprano) me dirija hasta allá para que al fin podamos mirarnos y saludarnos, sonreír y que nos podamos abrazar… probablemente yo lloré cuando eso suceda porque ya estoy llorando mientras escribo esto.
¡Te quiero muchísimo Maggy! Recuérdalo, siempre seremos amigas. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario