En aquel viaje que hice hasta Isla de Pascua me ocurrieron muchas cosas, pero creo que la que más me marcó de todo eso fue acercarme más a una de mis compañeras, Catalina…
En ese viaje lloré mucho y cometí errores, corté mi piel varias veces y escribí tres palabras con la navaja en mi cuerpo: Fall, Fate, Fear. Sintiendo cada palabra con el corte de la cuchilla.
Pero en un momento de sabiduría fui capaz de entregarle mis cuchillas, y ella me apoyó todo este tiempo, me escuchó, me aconsejó y yo le estoy muy agradecida, nadie nunca (a excepción de él… no les he contado quien es “él” pero ya les diré otro día) me había ayudado tanto, me había hecho sentir así de especial, casi me hizo sentir bonita y jamás me abandonó.
Incluso hubo un momento en que me acerqué a ella llorando, suplicándole por mis navajas, pidiéndole de todas las formas posibles que me las devolviera, pero ella se negó, y eso se lo agradezco con el alma, supo pararme los carros y ayudarme a seguir adelante.
Ya el último día le pedí perdón, pero perdón desde el alma, porque ella me apoyó todo este tiempo y yo le hice pasar malos momentos, la hice llorar y ella me rogó que no lo hiciera, que ahora cada vez que hiciera algo así también la estaría dañando a ella, y yo no quiero eso… por eso trataré de que no ocurra otra vez.
Muchísimas gracias Cata… eres alguien muy especial y te quiero mucho.
¡Gracias!
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